Tampoco
se salva la prensa..
Los
límites de la conciencia
No se salva nadie. Ni políticos medrosos que solo
piensan en su propio beneficio, ni directivos puestos a dedo que, obedeciendo a
la voz de su amo, te desmantelan una empresa pública en un abrir y cerrar de
ojos, previa elección de un colectivo de trabajadores como chico expiatorio
sobre el que la sociedad descargará la ira de sus insatisfacciones para así
tener la razón perfecta que excuse una privatización. (Lo C. Gutiérrez/AN EYE
IN THE SKY Blog)
Tampoco se salva la prensa, que ocupada en
informarnos sobre olas de calor en pleno mes de octubre, no parece hallar
motivo alguno para indagar en lo que a todas luces es un expolio, que si solo
fuera económico se convertiría en otra gota en el océano de la especulación,
pero es que ya está en juego la seguridad y eso no sé yo si hay conciencia que
lo resista.
Con otra causa contra controladores archivada esta
semana en Sevilla -sin intención de recurso por parte de la Fiscalía- parece
que cada vez está más claro sobre quién recae la responsabilidad de haber
cerrado el espacio aéreo. Para el que todavía no se haya querido enterar, ni un
controlador, ni dos, ni cuatrocientos tienen potestad para hacerlo. Solo AENA,
tutelada y auspiciada por el gobierno tenía esa facultad y la ejerció, de modo
que esas plataformas de afectados por el caos aéreo del 3 de diciembre de 2010
que anuncian a bombo y platillo su
alegría por la investigación de las conversaciones telefónicas de los
controladores, mejor harían en solicitar que se analizaran las de ciertos
políticos y directivos si es que de verdad quieren sacar algo en claro.
Así las cosas, los medios continúan en su habitual
línea de contribución a la confusión ofreciendo entrevistas diseñadas para
lucimiento del personaje de turno pero de escasa aportación informativa, como
la aparecida en lunes 3 de octubre en el diario ABC, donde Juan Ignacio Lema
contradice a Eurocontrol al afirmar que el 50% de las demoras que sufren los
aeropuertos españoles dependen de las compañías aéreas. Ante semejante
afirmación surge la duda de si este señor habla inglés, no ya el nivel 4 de la
OACI que se le exige a los controladores, sino un mero nivel intermedio que le
permita entender los informes que remite el ente Europeo, porque al parecer los
términos ATC capacity y ATC staffing -verdaderas causas que Eurocontrol aduce
para la mayor parte de las demora que se producen en nuestros cielos- no
figuran en su bagaje de léxico.
Y así, entre trivialidades se nos va la mayor
empresa pública española a manos privadas sin que nadie pestañee ni cuestione
ceses extraños y reubicaciones aún más paranormales si cabe, como la de
Salvador Merino, exjefe de Recursos Humanos de Navegación Aérea durante el
conflicto mantenido entre controladores y AENA o el cese -con la conveniente
capa de maquillaje que los motivos personales confieren- de Carmen Librero,
artífice de la revolución del sector aéreo español, el cual, a tenor de la
situación en la que nos encontramos, ha sido cualquier cosa menos un alarde de
profesionalidad y sensatez.
A nadie parece querer llamar la atención tampoco,
que el grupo San José, con nula experiencia en el sector aeronáutico, más allá
de las licitaciones ganadas para hacerse con construcciones y ampliaciones de
aeropuertos como el de Barajas, haya entrado en la pugna por ese mismo
aeropuerto. Se da la circunstancia y la paradoja, que el señor Lema militó en esa empresa y no solo eso, sino que
cometió la irregularidad de simultanear su cargo como consejero de la
constructora con la presidencia del ente público.
Curioso es también, que Abertis, grupo que opta a
la concesión del aeropuerto de El Prat, contara entre sus filas con Elena
Salgado antes de que esta formara parte del gobierno de Zapatero. La
suspicacia, en estos casos, nunca está de más y tanta conexión y filigrana
debiera mirarse con el aumento que otorga una lupa, simplemente para
cerciorarse de que la evidente falta de estética no se traduce en ausencia de
ética.
El portal http://www.aenaleaks.org/ filtraba esta
mañana comunicación interna que destapa el despropósito en que se halla inmerso
el sector de la navegación aérea española así como las causas del accidente
aéreo que tuvo lugar el 17 de setiembre en Palma. De aquella ley 9/2010 estos
lodos. Las mermas en seguridad son flagrantes y de ello se hacen eco en sus
correos y notificaciones los responsables de seguridad de AENA. Dudo mucho que
esto pueda resarcir a los controladores, que llevan mucho tiempo denunciándolo
por activa y por pasiva sin que nadie quiera escucharlos, pero parece que algo
se mueve y hay quien empieza a no soportar el peso de la conciencia. Bienvenido
sea.
Aunque no sé si se puede esperar mucho de una
sociedad que no clama al cielo por la dimisión de un ministro que se reúne con
presuntos delincuentes en gasolineras y que resulta que es el mismo que
pretende decidir a qué manos irán a parar las dos joyas de la corona -Barajas y
El Prat- tres días antes de las elecciones generales.
Tampoco sé qué pensar de un país que no se extraña
ni se inmuta ante la pasividad mostrada por los grupos en la oposición y su
incapacidad para llegar al acuerdo necesario e impedir esta privatización, que
no es más que un robo en toda regla.
Dirán ustedes que veo fantasmas donde no los hay.
Y yo les diré que veo mucho ectoplasma suelto que solo obedece al interés del
lucro y muy pocas ganas de darle caza.
Lo C. Gutiérrez
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