CONFEDERACIÓN
GENERAL DEL TRABAJO
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27 de Agosto
de 2012
COMUNICADO
PÚBLICO DE LA CGT SOBRE LA “CUMBRE SOCIAL”
El pasado 25 de julio tuvo
lugar en Madrid la 1ª Cumbre Social auspiciada por los sindicatos CCOO y
UGT. La Cumbre Social se ha dotado de una Declaración de Principios y de una
Hoja de Ruta. En su constitución han participado diferentes organizaciones sindicales,
sociales, vecinales, profesionales, sectoriales e incluso organizaciones
empresariales. La 2ª Cumbre está previsto que se celebre el próximo 10 de
septiembre y mientras tanto se están constituyendo réplicas de la misma por
Territorios y Comunidades Autónomas así como en sectores del mundo laboral.
Tras analizar la Declaración
de Principios, la Hoja de Ruta planteada, tener en cuenta las organizaciones
que integran la Cumbre Social y, especialmente, valorar la dramática
situación de recortes y reformas a la que está siendo sometida la mayoría de la
población, que están provocando situaciones de auténtica emergencia social, la
Confederación General del Trabajo (CGT) manifiesta:
UCONSIDERACIONES GENERALES
PREVIAS
La Cumbre Social es convocada
por iniciativa de CCOO y UGT, sindicatos institucionales, mayoritarios
por su nivel de representatividad, que ejercen históricamente de mayoritarios
en el sentido de protagonizar de forma excluyente el qué, el cómo, el cuándo,
el por qué, el para qué de las movilizaciones, de las convocatorias, de las
reivindicaciones, de la luchas sindicales.
Estos sindicatos
institucionales han configurado en las últimas décadas un modelo sindical de
concertación y pacto social que ha contribuido al sostenimiento del sistema capitalista,
gestando un modelo de relaciones laborales y negociación colectiva, pactado con
los distintos gobiernos y la patronal, gestionado desde la prepotencia, que ha
formado parte del engranaje de la política económica y social y que está basado
en la pérdida progresiva de derechos laborales y sociales en beneficio del
papel de la empresa y la patronal.
Ese modelo sindical les ha
permitido obtener privilegios, ayudas, subvenciones, reconocimientos, por parte
del gobierno y de la patronal. En definitiva, han contribuido al sostenimiento
del sistema obteniendo el apoyo interesado del sistema, el apoyo interesado del
poder. Ello ha propiciado su crecimiento exponencial y el atribuirse la
representatividad de toda la clase trabajadora, ignorando otras verdaderas
luchas sindicales y sociales en defensa de las y los trabajadores y la
pluralidad real existente.
En los últimos años, desde
2008, cuando se nos “vendió” por el gobierno del PSOE la actual crisis
económica, una crisis financiera del sistema capitalista, la actitud y las
prácticas de estos sindicatos institucionales, han seguido siendo de pacto y
concertación social llegando incluso a firmar la actual Reforma del Sistema
Público de Pensiones por el que se retrasa la edad de jubilación hasta los 67 años
o firmando el II Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva con la
patronal en el que ya se recogen muchas de las maldades que posteriormente ha
desarrollado el PP con su Contra-Reforma Laboral.
Como consecuencia de la intensa
lucha sindical y social que la clase trabajadora está manteniendo contra la
crisis, como consecuencia de la lucha de las organizaciones sindicales y
sociales que representan el anarcosindicalismo, el
sindicalismo alternativo, los movimientos sociales, el 15M, las asambleas
populares... estos sindicatos mayoritarios se vieron forzados a la convocatoria
de una primera Huelga General contra la política económica y antisocial del
gobierno socialista el 29 de Septiembre de 2010 y una segunda Huelga General
contra el gobierno del partido popular el 29 de Marzo de 2012.
Los efectos de las Huelgas Generales no han sabido
gestionarlos adecuadamente UGT y CCOO. La situación de la clase trabajadora y
clases populares es cada día más dramática como consecuencia de los recortes,
las reformas, los rescates, el pago de la deuda, como consecuencia de las
políticas dictadas desde el Gobierno, la Unión Europea, el FMI, los
especuladores usureros. La situación de conflicto social ha llegado a un nivel
insostenible que está provocando la movilización espontánea de la sociedad.
Las reformas del PP vienen a profundizar las reformas
iniciadas por el PSOE, provocando más paro, precariedad, recortes laborales y
sociales, privatizaciones, represión, estafa al erario público, reforma
constitucional para convertir al país en la vanguardia de los estados
neoliberales.
En ese contexto, surge una perdida de protagonismo y
descrédito del sindicalismo institucional y ahí interpretamos, desde la CGT, la
urgente convocatoria de la Cumbre Social en lo que consideramos un intento de
capitalizar y protagonizar la lucha sindical y social actual, pero con el
objetivo de no revitalizar el conflicto social necesario para una salida social
a la crisis, sino de domesticarlo, secuenciarlo, enfriarlo, adormeciendo toda
la lucha antisistema.
El rescate total de nuestro país será traumático, implicará
nuevos y enormes sacrificios de la mayoría de la población, la empobrecida
clase trabajadora y clases populares, lo que supondrá, sin ningún tipo de
dudas, una amplificación de la conflictividad social. La mejor manera de frenar
o encauzar esta conflictividad social y poder llevar a cabo las reformas
impuestas por el rescate, nos están insinuando que debe ser un gobierno de
concertación nacional pp-psoe-nacionalistas, que implique a todos los partidos
políticos, que nos sitúe a todos en el mismo barco y con la misma
responsabilidad, un gobierno de tecnócratas obediente a los dictámenes de los
grupos financieros, patronal y los mercados, un gobierno pretendidamente sin
ideología con el que la mayoría se vea reflejado o identificado.
La CGT no va a jugar a ese gran pacto de concertación
nacional para acallar las protestas y desencanto populares, para preservar
los privilegios de la minoría, un gran pacto para anestesiar a la disidencia,
no va a contribuir a unos “nuevos Pactos de la Moncloa”, no va a movilizarse
por ese cambio de gobierno para seguir aplicando la misma política antiobrera,
un pacto de la clase política que impida un país sublevado en defensa de sus
intereses, un país callado y sumiso que permita aplicar con dureza y rigor las
reformas. Muy al contrario, la CGT, activamente contribuirá al
desenmascaramiento de esta maniobra política en la que siempre pierden los más
débiles. Esperemos que la Cumbre Social no sea el paraguas que dé cobertura a
toda esta maniobra política.
USOBRE LA INICIATIVA DE CONVOCAR LA CUMBRE Y LA UNIDAD DE
ACCIÓN
Para la CGT, efectivamente, son tiempos de unidad de acción
pero teniendo claros los objetivos por los que luchamos y que compartimos. Es
obvio que hay que contar con una coordinación de todas las organizaciones que
vertebran la sociedad pero que, necesariamente, es preciso compartir los
objetivos del anticapitalismo, antipactismo, antidesarrollismo, anticrecimiento
insostenible, anticonsumismo. Hay que movilizarse de forma unitaria para que la
salida a la crisis no sea más de lo mismo, no sea un nuevo capitalismo
reforzado en los niveles de explotación hacia los Utrabajador@sU con una nueva
legislación laboral que favorece nuevos recortes de derechos y libertades.
Desde la CGT venimos trabajando por la unidad de acción desde
hace años, intentando configurar un gran Frente Sindical y Social amplio que dé
respuestas alternativas y reales para una salida social de la crisis. Este
Frente Sindical y Social amplio gestado desde el anarcosindicalismo, el
sindicalismo de clase y combativo y los movimientos sociales debe plantear
nuevas propuestas de cambio de modelo, de reparto del trabajo y de la riqueza,
respuestas de justicia social.
La mecánica de trabajo en los procesos reales de unidad de
acción son el debate desde la multilateralidad, la negociación de propuestas,
la toma de decisiones colegiada, la definición clara de una plataforma de
reivindicaciones por las que nos movilizamos, el consensuar horizontalmente las
fechas de movilización, de la huelga general, el contemplar el calendario de
otras convocatorias de movilización.
Desde la CGT venimos trabajando por la unidad de acción real,
pero definiendo antes la gestión de la unidad, la definición de objetivos.
Tomémonos en serio lo de la unidad de acción y construyamos
una relación horizontal de organizaciones entre iguales que pretenden luchar
frontalmente contra la actual política y sistema capitalista.
La CGT a estas alturas no será comparsa de ninguna puesta en
escena en la que el protagonismo real lo tenga el sindicalismo institucional.
¿Qué opina la Cumbre del reparto, de quién debe pagar la
crisis, de la reforma de las pensiones...? ¿Qué han hablado los secretarios
generales de UGT y CCOO con la presidenta Merkel, con Mariano Rajoy o con el
Rey? ¿Qué plataforma de mínimos plantea el sindicalismo institucional? La
realidad es más seria y compleja que la aplicación de un simple rodillo de
mayorías.
USOBRE LA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CUMBRE
La Declaración comienza inculpando de la crisis al sistema
financiero norteamericano, justificando, por tanto, y diferenciando
indirectamente, un capitalismo europeo de rostro humano, un capitalismo social
que ha generado un estado del bienestar en el que patronal y clase trabajadora
hemos “convivido felizmente” durante más de treinta y cinco años. En el caso
concreto de nuestro país, se defiende el modelo de derecho laboral creado con
la Transición democrática y que ahora se está demoliendo. Para evitarlo, se
vuelve a confiar en el propio sistema y se apuesta por ganar un referéndum y
propiciar el adelanto de las elecciones generales.
La Declaración no se cuestiona el sistema económico,
político, por el contrario, se acepta el capitalismo como sistema y, en
consecuencia, se asume la explotación laboral como sistema de relación social,
se reconocen las bondades del modelo de convivencia de los últimos 35 años, en
los que se ha coqueteado y jugado con el capitalismo.
En la Declaración se confía en volver a la situación laboral y
social anterior a la crisis, con medidas de reactivación económica que generen
crecimiento, creación de empleo, aumento del consumo y en consecuencia, desde
su punto de vista, cohesión social. Por tanto, se propone salir de la crisis
con las mismas recetas de explotación pero con una precariedad y degradación
social inaudita. No hay cuestionamiento de la UE que padecemos y que queremos,
ni del papel del Banco Central Europeo, ni del Fondo Monetario Internacional,
ni el pago de la deuda, ni las alternativas al euro.
No hay ningún lugar a la crítica, a la autocrítica, ninguna
referencia al pasado, a los pactos firmados, ninguna responsabilidad sobre lo
que está aconteciendo, todo ha sido perfecto en las últimas décadas de
convivencia, las y los trabajadores hemos vivido un cuento de hadas y hemos
sido muy felices. No hay ningún cuestionamiento de la Transición democrática.
La Declaración ignora absolutamente la complicidad de UGT y
CCOO con las reformas laborales aprobadas, con la reforma de las pensiones, con
la aprobación del Tratado de la Unión Europea, con la reforma constitucional pactada
entre el PP y PSOE para pagar la deuda y reducir el déficit.
No hay ninguna propuesta alternativa en la Declaración. Se
habla de movilizarse pero ¿para qué? ¿con qué objetivos? No se define la
convocatoria de la Huelga General, no se opina sobre la desobediencia civil
pacífica, sobre la resistencia civil, sobre desalojos, redadas a migrantes sin
papeles...
No hay ninguna referencia al cambio de modelo, al necesario
cambio de sistema para afrontar la verdadera crisis estructural que subyace a
la crisis financiera-económica, como es la crisis energética, la crisis de
recursos, la crisis climática, medioambiental, la crisis de modelo productivo y
de crecimiento ilimitado, no planteamientos de reparto y de justicia social.
En definitiva estamos ante una Declaración de Principios que
pretende retrotraernos al 2007 para seguir apostando por el mismo modelo de
crecimiento y sin ninguna alternativa.
Es una Declaración sobre la moderación, que pretende evitar
respuestas radicales, que apuesta por el pacto social y el entreguismo, que
aspira a dignificar la imagen del sindicalismo institucional y que sea éste
quien protagonice las protestas ya domesticadas, ignorando, por ejemplo todas
las movilizaciones anteriores, todas las luchas que la sociedad ha venido haciendo,
con centenares de manifestaciones y acciones que pretenden romper la lógica del
capital.
Para la CGT, integrarse en la Cumbre Social y suscribir su
declaración de Principios implica renunciar a un discurso diferenciado,
renunciar a nuestro análisis, a nuestras ideas, a nuestra autonomía. Es
necesario exigir responsabilidades de lo que está ocurriendo y desarrollar
instrumentos para la transformación social y no para el pacto y la resignación.
La Cumbre Social puede ser un instrumento para la resignación.
USOBRE LA HOJA DE RUTA PLANTEADA POR LA CUMBRE SOCIAL
Para la CGT el plantear un Referéndum en septiembre, una
posterior Consulta Popular en octubre, obviar la convocatoria de Huelga General
en Euskadi, o no plantear con claridad o relegar la convocatoria de una nueva
Huelga General a un incierto noviembre, representa un elemento distractor y
desmovilizador. El referéndum y la consulta popular no son las herramientas de
la clase trabajadora, son herramientas propias de la clase política, de la propia
constitución, del propio sistema y como tales son ajenas a nuestras
herramientas de lucha.
La CGT apuesta por la movilización permanente y por la
convocatoria de Huelga General, sin más dilaciones. La hoja de ruta marcada
por la Cumbre responde más a los intereses propios del sindicalismo mayoritario
institucional que persigue recuperar la capacidad de interlocución social que
ha perdido y le está negando el gobierno actual del partido popular.
Los que auspician la Cumbre quieren protagonizar el conflicto
social para descafeinarlo, quieren alargar artificialmente los tiempos de la
lucha con un calendario que difumina la espontaneidad y efectividad real de la
lucha social
La CGT apuesta por luchas sectoriales, movilizaciones, huelgas
de consumo, ocupaciones, acciones directas... todo lo que posibilite
incrementar la conflictividad social, propiciando para ello una estrategia de
alianzas con el sindicalismo de base y combativo y los movimientos sociales que
permita expandir propuestas, principios, valores alternativos,
anticapitalistas, valores de libertad y justicia social.
USOBRE LAS ORGANIZACIONES QUE COMPONEN LA CUMBRE
La CGT no puede integrarse en la estructura de la Cumbre
Social dado que algunas de las organizaciones que la integran mantienen
objetivos, planteamientos e ideología absolutamente contrapuestos a la CGT. Es
una cumbre interclasista que no tiene como objetivo el cambio del sistema
capitalista si no su reflotación, el parcheo, el volver ilusamente a
situaciones de crecimiento semejantes al periodo anterior a 2008. La CGT como
organización sindical de clase tiene como objetivo el cambio del sistema
capitalista, no trabaja sólo contra los recortes y la defensa de los derechos
laborales sino que lucha por la transformación social, por una nueva sociedad
basada en la justicia social y la libertad, por una nueva sociedad alternativa
al capitalismo, centrada en los intereses del ser humano y consciente de las
limitaciones de los recursos naturales.
Por otra parte, la CGT por coherencia con sus propios
estatutos que impiden la afiliación de policías, guardia civil, militares,
funcionarios de prisiones, cuerpos represivos... no puede integrarse en una
Cumbre Social en la que participan asociaciones y sindicatos representantes de
estos colectivos y de organizaciones patronales.
UCONCLUSIÓN
La CGT manifiestaa que en estos momentos, la mejor herramienta
que le queda a las y los trabajadores y clases populares es la movilización
permanente, la lucha por sus derechos y libertades, la Huelga General, sin
dilaciones, ni treguas, ni distractores, ni instrumentos desmovilizadores, ni
pacto social, ni burocracias, ni referéndum, ni Consulta Popular...
− La CGT no se integrará en la Cumbre Social
− No firmará la Declaración de la Cumbre Social
− No apoyará la iniciativa de que el Gobierno convoque un
referéndum sobre la política económica y antisocial
− No apoyará la convocatoria de una Consulta Popular sobre
la política del Gobierno planteada por las organizaciones que forman parte de
la Cumbre Social.
− La CGT si apoyará y participará de forma activa en todas
las movilizaciones que se están convocando para potenciar el necesario
conflicto social que nos conduzca a la convocatoria de una nueva Huelga General
lo más unitaria posible en el próximo Otoño.
UALTERNATIVAS
Sí hay alternativas, sí es posible salir de la crisis con otro
modelo alternativo al capitalismo. Cuando se plantea una lucha por la
transformación social y concretada en el tiempo, es necesario definir esos
objetivos mínimos a conseguir con las luchas, con las convocatorias de las
movilizaciones, con la Huelga General. Desde la CGT entendemos que es preciso
contemplar un programa de mínimos que incluya:
− Retirada de toda la legislación laboral y reformas aprobadas
contra los derechos de las y los trabajadores
− Protección a los millones de personas desempleadas hasta que
encuentre trabajo
− Protección ante los desahucios. Programa de viviendas
sociales.
− Reparto del trabajo, reducción de la jornada laboral,
reducción de la edad de jubilación
− No a las privatización de los servicios públicos: sanidad,
educación, transportes...
− No a los recortes sociales y laborales.
− Desarrollo de las ayudas a la dependencia
− No a los EREs
− Expropiación de las empresas que fueron públicas
anteriormente y prestan servicios básicos a la sociedad
− Reforma fiscal para que paguen más quienes más tienen
− Persecución del fraude fiscal
− Uso del dinero público para la economía productiva
sostenible, para la creación de empleo y no para pagar la deuda o rescatar
bancos
− Exigencia de responsabilidades penales a los causantes de la
crisis
− Libertad sin cargos para todas las personas enjuiciadas con
motivo de su militancia sindical o social. No a la represión.
− ...
Secretariado Permanente de la CGT
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