VICENTE ALCARAZ MIRA El Gobierno, en esos días en los que decretó el Estado de alarma por la ausencia, de los controladores, que no huelga, privatizó por Decreto una empresa pública rentable y eficaz como AENA, rompiendo el marco de negociación colectiva pactado entre las partes. Esto ocurrió el pasado tres de diciembre, justo en la vorágine de recortes sociales, no debemos olvidar que privatizar empresas públicas no beneficia a la sociedad solo a quienes se las regalan. Las 35 empresas del IBEX han ganado, en el 2010, la nada despreciables cifra de 49.881 millones de euros, un 24,5% más que el año anterior.
Esas empresas que tienen los mayores beneficios de la historia, se reservan presupuesto para reducir plantillas y seguir aumentando sus escandalosas cuentas de resultados. Eso justo es lo que pretenden hacer con AENA (aeropuertos españoles y navegación aérea) encargada de la gestión aeroportuaria en todo el territorio. El ministro Blanco es bastante oscuro, como todo su Gobierno, y pretenden con el chantaje de la opinión pública amordazar a las trabajadoras y trabajadores que ven en peligro sus condiciones laborales y salariales. Las vacaciones de los privilegiados que las tengan, estarán en peligro por la crisis y el creciente paro que no ha evitado la impuesta reforma laboral, y también por la ineptitud del Gobierno y el Ministerio de Fomento que se niega a negociar en condiciones normales, le gusta chantajear. Hay que tener claro que en AENA trabajan bomberos, señaleros, en el parking, técnicos..., y si hay algún privilegiado deben ser los puestos políticos que haberlos haylos.
Queremos recordar que la convocatoria de huelga realizada para AENA va acompañada de un proceso de negociación, tratando de evitar que ésta se lleve a cabo, pero en el peor de los supuestos, el Ministerio de Fomento será el encargado de imponer unos servicios mínimos que permitirán el transporte aéreo, muy por encima del estrictamente necesario. Por lo tanto, no podemos entender que se trate de criminalizar a los que defienden su puesto de trabajo, en lugar de a los que tratan de romperlos y segregarlos. Nos parece poco ético, por lo menos, que empresarios del sector turístico se froten las manos con la situación en Túnez, Egipto o Libia, porque eso les puede reportar beneficios, sin pensar en las vidas humanas, y nos acusen a los sindicatos prácticamente de terroristas por defender nuestros puestos de trabajo y tratar de garantizar las condiciones de una empresa pública.
Hay a quienes se les llena la boca pidiendo intervención al Gobierno, que se regule el derecho de huelga, suponemos que lo que quieren verdaderamente es la eliminación, como en algunos Estados de EE UU, y hacia ese camino parece que vamos. Esos que se quejan de las prohibiciones del tabaco, de la velocidad, son los mismos que piden prohibir los derechos de los trabajadores incluida la huelga.
Mientras algunos intentamos que no se recorten más derechos a las trabajadoras y trabajadores para darle los beneficios a unos pocos, tendremos que recordar que los sindicatos en AENA llevan tres meses exigiendo negociación, aunque eso no es noticia. Solo ha saltado a los titulares con la convocatoria de una huelga para dentro de 40 días. Tiempo tiene el ministro Blanco para no ponerse rojo y firmar eso que dice en los medios de comunicación y no en la mesa de negociación: "Que AENA seguirá siendo pública, se mantendrá el empleo y las condiciones de sus trabajadores". Por favor, que no se mienta ni se criminalice a la gente que defiende su puesto de trabajo. Los trabajadores ni secuestramos ni chantajeamos, sobre todo con unos servicios mínimos que respetamos marcados por el mismo al que le convocamos la huelga. Nos defendemos de esta cuadrilla, peor que Alí Babá, de asalta derechos en que se han convertido los que dirigen la sociedad.
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